Hace más de 5 años, con otros docentes, creamos una comunidad educativa, un Preuniversitario Social. Con presencia en buscadores de internet y redes sociales como cualquier otro, pero con una mirada distinta.

Para que nuestro proyecto tuviera realmente el rol social buscado decidimos ubicarlo en la comuna de Puente Alto. Una comuna ajena a nuestros trabajos principales, todos ubicados en el sector oriente de la capital. Puente alto nos entregaba una comuna con alto grado de vulnerabilidad, pero a la vez, un gran número de jóvenes que calificaban con la gratuidad escolar al 50% más vulnerable de la población, ley promulgada por el Gobierno en ejercicio. El objetivo inicial consistía en entregar educación de calidad a un bajo costo y comprobar nuestra hipótesis original, «Los estudiantes de comunas vulnerables tenían las mismas capacidades y dificultades que los pertenecientes a las familias más ricas». Con las que muchos de los profesores fundadores del proyecto ya trabajaban.

Luego de estos 5 años de arduo trabajo, extensos traslados en una ciudad con problemas de desplazamiento vial, gran ganancia emocional y reafirmación de la profesión de educador es posible señalar que nuestra hipótesis inicial fue correcta.

Nuestros resultados están a la vista, con muchos de nuestros alumnos ya estudiando en instituciones de educación superior en un porcentaje de ingreso superior al 60%. Cabe destacar, que no hablamos en ningún caso de puntajes nacionales, no se debe relacionar los resultados exitosos de las instituciones de este tipo con esa caricatura instaurada en el colectivo por parte de Preuniversitarios Masivos. El real indicador que debiera medir a estas instituciones tiene que ver con el cumplimiento de los deseos y sueños de los estudiantes logrados en base al esfuerzo personal y una correcta guía.